La importancia de la espiritualidad en la sociocracia

Los Cabañiles, área destacable por sus sus vinculaciones con cultos de espiritualidad ibérica a través de estructuras de círculos - Sociocracia Práctica

¿Sociocracia y espiritualidad? Sinergias y oportunidades

La espiritualidad es un término que no pasa desapercibido. Incluso podríamos decir nos que parece incómodo. También es verdad que el vínculo entre espiritualidad y religión va desapareciendo (y quizá podemos ver la luz por allí). Y al desligarse, surgen las oportunidades: experiencias comunes que hacen que la espiritualidad fluya libremente.

Entonces, no hay etiquetas ni potentes rituales que nos confundan. Un ejemplo claro de ello donde las sinergias con nuestro día a día aparecen es la sociocracia. Porque sociocracia y espiritualidad tienen elementos comunes. Porque el ser humano también tiene una parte trascendental. Debido a eso, queremos profundizar al respecto.

La espiritualidad de nuestros tiempos

Cuando hablamos de espiritualidad, te pueden saltar las alarmas, si crees que solo la religión puede hablar sobre ello. Sin embargo, podemos observar la degradación de ciertas religiones. Además, es una dimensión más a potenciar por cualquier ser humano. Todo ello ha provocado que busquemos nutrirnos a ese nivel de otras formas.

El concepto del círculo

El círculo nos remite a tradiciones ancestrales en tantas partes de nuestro querido planeta. Castellón en España, Cerdeña, Stonehenge, México, Tchad en África, China, Turquía,… Los círculos son también raíces de una cultura femenina que se anclaba a la Tierra (en mayúsculas y en minúsculas). Y al círculo, haciendo un ejercicio de retroprogresión, de regeneración, volvemos inconscientemente para recuperar una respiración humana que cada vez se contamina más.

Esta forma geométrica simboliza esa conciencia por la vida en nuestro planeta. Genera un espacio donde nadie se sitúa ni se situaba encima de nadie. En donde las diferentes voces son y eran escuchadas, tanto fueran de personas como de otros animales, plantas y demás seres vivos. Como ejemplo tenemos la filosofía intercultural del allin kawsay.

En ello encontramos una espiritualidad viva más allá de la diferencia de rituales. Que nos conecta a lo que vivimos en cada momento, sin necesidad de separar lo sagrado de lo profano. Que se define como unidad y, por tanto, como apoyo mutuo entre las diferentes formas de vida.

Colocándonos en esta visión horizontal, cotidiana, perenne, una filosofía a enlazar en este discurso es la ecología profunda. Ésta promueve el valor de todos los seres vivos, independientemente de su utilidad para las necesidades humanas, y apoya la reestructuración de las sociedades humanas modernas de acuerdo con tales ideas.

Y entonces, hablamos de espiritualidad, y a la vez, de ecología, y a la vez, del ser humano. Las fronteras se difuminan, porque quizá no deberían haber fronteras. Y en este viaje hacia nosotras, debemos prestar atención a otro detalle más. Para medir nuestra salud, una de las 6 áreas que toma la Organización Mundial de la Salud en cuenta es precisamente la espiritualidad. Pero, ¿cómo se vincula la sociocracia con todo esto?

Relaciones entre sociocracia y espiritualidad

Como comentábamos antes, el concepto de círculo es básico dentro de las variadas concepciones actuales de espiritualidad. Y ahí, establece una relación directa con la sociocracia.

Sin embargo, los vínculos no se quedan ahí. Vamos a mostrar tres:

A. La Comunicación No Violenta

Miremos uno de los pilares de la sociocracia: la Comunicación No Violenta (CNV). Este proceso de comunicación desarrollada por Marshall Rosenberg tiene un gran fondo espiritual pues se diseña para mejorar la conexión compasiva con las demás personas. Esto hace que conecte con una de las ideas básicas dentro de cualquier forma de espiritualidad: la compasión como alivio del sufrimiento de la otra persona.

B. El inicio de una reunión sociocrática

Otro de los aspectos donde podemos observar esta asociación es al respecto del comienzo de una reunión sociocráctica: la ronda de apertura y el centramiento. La ronda de apertura nos vincula al momento presente. Al vaciar cualquier ajetreo mental previo nos conectamos con el propósito de la reunión. Y, luego, el centramiento, nos lanza al propósito de la reunión.

Entonces, a través de nuestras creencias personales nos inspiramos. El tiempo que vamos a cocrear juntas queremos que sea lo más provechoso posible. Y ese punto, no es solo optimización o eficiencia sino que nos enlazamos a priorizar el círculo sobre el individuo, la unidad sobre la diferencia, la unión sobre la separación.

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C. Las rondas

Además otro elemento clave en la sociocracia son las rondas. En ellas recogemos las diferentes voces respecto a los temas que se van tratando. De esa forma, generamos un consentimiento en nuestras decisiones grupales. Si viéramos las rondas como círculos, alrededor de un centro común, que van dibujándose sucesivamente en el tiempo, podríamos trazar una espiral, que es uno de los símbolos clave en el ámbito de la espiritualidad.

Ronda de preguntas aclaratorias, ronda de reacción y ronda de consentimiento - Sociocracia Práctica

Este inicio de las reuniones así como las rondas acompañado de la tecnología que bien sabemos quienes practicamos la sociocracia, impulsa hacia una visión común donde las diferencias se integran, el apoyo se genera de forma mutua, las diferencias se respetan en pro de un objetivo común que se erige como faro. Y estas palabras así dichas podrían ser mencionadas como visión desde cualquier texto espiritual y religioso que se quiera consultar. Y eso precisamente provoca un gozo, una felicidad, entre quienes participamos de este modo de trabajo. La espiritualidad se vuelve práctica, real, tangible, sin más. No obstante, hay retos que superar y aspectos pendientes por potenciar.

Nuevas sinergias de la sociocracia y la espiritualidad

Uno de los retos de esta perspectiva común entre sociocracia y espiritualidad es recuperar esta visión de esta última para volverla presente en nuestra cultura y, al hacer patente sus vínculos, ser consciente de la necesidad de incluirla en vez de segmentarla o fragmentarla. Porque aún nos cuesta utilizar este término. Así, jugamos con sinónimos (transcendental, creencias personales, religión, fe). Ahí es donde la sociocracia no tan solo hace uso de la espiritualidad, sino que la espiritualidad se normaliza a través de las prácticas sociocráticas. La cultura sociocrática se convierte en camino hacia la espiritualidad, una espiritualidad sin dogmas, una espiritualidad laica y práctica.

Además, también podemos investigar la aplicación de nuevas herramientas conectadas con el mundo de la espiritualidad, como puede ser la meditación (como si queremos llamarle mindfulness o atención plena). Múltiples son ya las pruebas científicas que constatan su valía para mejorar el desarrollo de nuestras actividades personales como profesionales. ¿Entonces, por qué no sumarla de forma explícita como una rutina más dentro de la sociocracia? Ahí lo dejo.

Y, por formación profesional, ¿qué tal la idea de utilizar la astrología (como lenguaje simbólico y para nada científico) como herramienta proyectiva y con una fuerte visión espiritual? Permitiría optimizar las reuniones y el funcionamiento de los círculos, conociendo qué posibles tendencias pueden estar interaccionando. De la misma manera, que tenemos claro en qué respetamos los ciclos del día y la noche, y más o menos el de las estaciones, sería incrementar un nivel más. Quien suscribe estas palabras es consciente de que son palabras mayores. Pero hay que arriesgarse 😉

Oportunidades y próximos pasos

Está claro que vivimos un momento de transformación vital y humana a tantos niveles, y el ámbito de la espiritualidad es también uno de ellos. Después de años de dominio de la religión en el mundo hispano, estamos observando nuevas formas más alineadas con nuestro pensamiento actual.

A la vez, dentro de esta nueva perspectiva regenerativa clave en estos tiempos de caos climático y deshumanización, la sociocracia ofrece un sendero práctico para poder transitar hacia el mundo nuevo que necesitamos.

Por tanto, si somos capaces de aunar no tan solo una visión práctica (y terrenal) sino también espiritual y amplia de la vida (y para ello servirnos de la sociocracia), podremos recuperar potencialidades siempre presentes en el desarrollo histórico de nuestra especie y claves ante los nuevos retos que estos tiempos nos demandan. Confiemos en que sea así…


¿Te apetece leer un poco más sobre sociocracia?

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